LA FILOSOFÍA NO SIRVE PARA NADA

"La escuela de Atenas" Rafael Sanzio, foto tomada por el equipo de Art Riot durante la muestra imposible, en el CENART.

Por: Cinthya Bolado.

Durante mucho tiempo, la filosofía fue considerada como la ciencia primera, de la cual se desprendían todas las demás disciplinas. Es por eso, que en épocas como el siglo IV a.C, por ejemplo, un filósofo no se dedicaba únicamente a reflexionar, sino que también hacía matemáticas, astronomía, biología, física, geometría, etc. En otras palabras, la filosofía comprendía todas las ciencias, y desde mi opinión, aunque hoy en día se encuentra en debate la consideración de la filosofía como ciencia, la manera en que opera la filosofía no se ha reducido a ser solamente una disciplina contemplativa basada  en conceptos metafísicos (y no utilizo el término 'metafísico' de manera peyorativa, pues creo que sin los conceptos metafísicos nos sería imposible hablar del mundo, un ejemplo de ello es el concepto de substancia, si no contáramos con este, nos sería realmente difícil incluso concebir la existencia de los objetos en el mundo) la filosofía sigue siendo tan útil para la humanidad como lo fue en el siglo IV antes de Cristo y me atrevo a decir que así lo será por siempre.

Tristemente, hoy en día la filosofía ha pasado a ser vista, por quienes no se dedican de lleno a ella o no trabajan de cerca con ella, como una tradición milenaria llena de preguntas sin respuestas. Se conocen los nombres de los sabios griegos, de grandes filósofos alemanes y hasta se pone de moda entre los jóvenes leer a filósofos como Friedrich Nietzsche y Arthur Schoppehauer sin una formación académica previa y adecuada para poder adentrarse a un texto de tal magnitud. Pero aunque esto ocurre, la gente sigue pensando que la filosofía sirve para perder el tiempo, que es un hobbie y que como supuestamente no figura en el campo laboral, entonces no sirve para nada, y en el mejor de los casos (que en realidad no tiene nada de bueno) para considerar al filósofo como el ser iluminado que nos enseñará a todos la forma como se debe actuar para vivir bien; esto, claro, a través de uno de esos populares textos de auto ayuda.

En lo particular, pienso que lo anterior se debe a un problema serio de educación, en el que la filosofía se ha apartado tanto de las instituciones de educación pública, que los pocos que se atreven a querer estudiar esta ciencia social, llegan a las universidades sin tener la más mínima noción de filosofía que la definición etimológica de “amor a la sabiduría” o sin saber decir otra cosa que “Yo sólo sé que no sé nada”, “Dios ha muerto” o “ Mientras más conozco a los hombres, más amo a mi perro”.

Infortunadamente, la filosofía, al menos para los ojos de quienes no la estudian, o hasta para nosotros, los estudiantes, que muchas veces no somos más que máquinas de citar, ha pasado a ser una disciplina contemplativa, lo cual impide que, como diría Marx, la filosofía se convierta en una herramienta para transformar la realidad.

Me parece muy problemático que muchos estudiantes de filosofía no tengamos del todo claro cómo es que podemos aplicar todo el conocimiento teórico que hemos adquirido al mundo fenoménico, pero me parece aún más problemático que si ya se conoce un camino por el cual es posible conectar a los conceptos metafísicos con las relaciones entre individuos o incluso entre individuos y cosas del mundo, no se lleve a cabo una verdadera lucha para que estos argumentos lleguen a oídos de la mayoría.

Es muy común que la gente en las calles utilice términos como bueno, malo, o justicia, por ejemplo, sin saber que dichos términos son términos minuciosamente analizados por filósofos con la finalidad de encontrar su mejor definición y aplicabilidad en el mundo para un bien común.

También es común que los estudiantes, por ejemplo, usen más de una vez al día la palabra método, sin saber que no sólo los filósofos, sino los científicos sociales en general, elaboran infinidad de métodos ya sea para la investigación dentro de las ciencias sociales o de las llamada ciencias duras, y que inclusive, el creador por excelencia del método científico fue René Descartes, un filósofo.

Sabemos que la filosofía tiene una función conceptual, que nos ayuda a comprender las relaciones de poder, que ha propuesto respuestas para distintos problemas de diferentes épocas, que ha estudiado y creado ideologías, etc, y parece que con esto a la gente debería quedarle claro que la filosofía sirve para muchas cosas que además son de suma importancia si estamos hablando sobre política, pero que para todos aquellos que desprecian, no solamente el trabajo del filósofo, sino de cualquier científico social, debería quedar claro que como sociedad científica, es tan útil el trabajo de un antropólogo como lo es el de geógrafo, el del arqueólogo o el del ingeniero químico, y que, desde mi opinión, la filosofía no es aplicable al mundo fenoménico únicamente en forma de filosofía política, sino de filosofía de la ciencia, de la historia, del lenguaje, de las matemáticas, de la lógica, del arte y hasta de la mente.

Y si bien los filósofos tampoco pueden jactarse de ser expertos en todo, (de lo contrario no tendría sentido decir que el filósofo está en la incansable búsqueda del conocimiento) si pueden darse el lujo de exigir, sin temor a perder, un argumento que explique porque la filosofía no es aplicable en el mundo sin que en éste se profiera un solo concepto establecido por la filosofía, para que el mismo argumento pueda funcionar como contrastación empírica y el filósofo no tenga modo de defenderse.

La gente dice que la filosofía no sirve para nada, y al menos en esta entrada de blog, además de todo lo anteriormente expuesto, sirvió para ponerte a leer un rato.

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