JUDAS PRIEST, REDIMIENDO ALMAS EN EL PALACIO DE LOS DEPORTES.

FOTO: Lulú Urdapilleta
Por: Cinthya Bolado.

Con un sorpresivo sold out y tras cuatro años de su última visita, Judas Priest redimió las lamas de aproximadamente 20 mil expectadores en el Palacio de los Deportes de la Ciudad De México el pasado 8 de mayo.

Más de 40 años de carrera respaldan a una de las bandas más emblemáticas de la historia del Heavy Metal y que aún sigue logrando que en el recinto hubieran fans formados desde las 3 de la mañana para ser los primeros en entrar  y poder estar justo enfrente de los Metal Gods, fans que curiosamente eran en su mayoría menores de 30 años, edad que está cumpliendo su álbum Defenders Of The Faith.


FOTO: Lulú Urdapilleta
El día comenzó a nublarse y cada vez llegaba más banda vestida con piel y estoperoles, en el Palacio de los Deportes comenzaba a sonar Warpigs y eso era señal de que Glenn Tipton, Ian Hill, Rob Halford, Sott Travis y Richie Faulkner estaban por salir para llenar de Heavy Metal Los oídos de los asistentes y hasta de los LOBOS de OCESA, que aunque intentaban fingir, no podían dejar de mover la cabeza (unos incluso cantaban) comenzó a sonar Dragonaut y la audiencia enloqueció, pues después de una larga espera, los Metal Gods estaban frente a ellos apoderándose de la atención de todos y tocando con la misma fuerza con la que siempre lo han hecho.

Para hacer honor a u nombre y con una audiencia completamente entregada comenzó a sonar Metal Gods, para seguir con un gran y muy esperado tema del álbum Screaming For Vengance, Devil's Child, La voz de Rob Halford sonaba mejor que en su anterior visita, Glenn Tipton jugaba y hacía señas a los fans que se emocionaban cada vez que se acercaba, cuando las pantallas del escenario se iluminaron con la imagen del Sad Wingd Of Destiny, Tipton y Falkner se pusieron al centro del escenario y comenzó a sonar Victim Of Changes, todo mundo coreaba los solos de guitarra, movía la mata, alzaba los puños, cantaba hasta desgarrar la garganta sin lograr alcanzar los tonos que a sus más de 60 años Halford podía cantar y que en su último disco Redeemer Of Souls demostró que aún podía lograr, así, comenzó a sonar un Riff nuevo y desconocido para muchos, pero todo un nuevo himno para otros, seguido de un estridente grito que decía ¡Valhalla! Halls Of Valhalla destrozó, los cuellos y los oídos de los asistentes al show, para después hacer un viaje a 1984 con un tema en el que Nosferatu hizo su aparición y los fans de toda la vida de está gran banda no podían dejar de corear, Love Bites.

FOTO: Lulú Urdapilleta
Por si eso fuera poco, la banda regresó de golpe al 2014 para interpretar el que (a mi gusto) es el mejor tema del Redeemer Of Souls, March Of The Damned sonó a la par que las pantallas se llenaban de zombies y personas ya en estado zombie volaban  entre la audiencia para salir de la vaya, el Palacio se volvió loco, al grado que se me vuelve a enchinar la piel de recordarlo y escribirlo.

Sonó Turbo Lover  y puedo jurar que hasta quienes no gustan del Turbo corearon el tema, lo que estaba ocurriendo en el lugar no era más que una sobredosis de Heavy Metal puro, y como dicen que el Heavy Metal es cosa del diablo, al sacerdote Judas le tocó redimir nuestras almas con el tema que dio nombre a su más reciente producción Redeemer Of Souls.

La audiencia estaba teniendo un verdadero orgasmo auditivo y visual y era momento de bajar un poco la intensidad, pero no la calidad. Directo del Stained Class sonó Beyond The Realms Of Death, cerca de 7 minutos de excelente calidad musical, para disfrutarse y guardar en la memoria de los mejores temas que se pueden escuchar en directo. Aunque si hablamos de temas que deben quedar en la memoria, no podemos dejar fuera Jawbreaker, tema que sonó inmediatamente después que Beyond The Realms y que sorprendió a más de uno por estar en el setlist.

Es un clásico, pero es el momento cumbre de todo concierto de Priest, Rob Halford comienza a preguntar "Breaking The What?!?! " y sabemos que es momento de callarle la boca a todos esos trues que van a terminar cantándola, sonó Breaking The Law y para todos aquellos que se quejaban porque la vez pasada Halford se limitó a extender el micrófono al público, el Metal God interpretó este tema.


Tampoco podía faltar el momento épico de la motocicleta en el escenario, así que salió Halford conduciendo una moto, la gente enloqueció porque sabían que el siguiente tema sería Hell Bent for Leather , a continuación sonó un tema con el que acostumbraban abrir los shows en los ochentas, la gente coreaba el intro y comenzó uno de los Riffs más poderosos de esta banda, The Hellion- Electric Eye hizo que volviera a volar gente en el Palacio, que se vieran cráneos agitarse por todos lados, ¿y la banda? bueno, ellos no podían dejar de reconocer que el público mexicano estaba respondiendo como se debía.

Sonó Yo've Got Another Thing Comming yal culminar, parte de la banda, excepto Scott Travis abandonaron el escenario, sabíamos lo que eso significaba, era momento de un poderoso analgésico para toda la destrucción que se vivió aquella noche, quedaba tiempo para una canción más, así que Scott Travis preguntó que era lo queríamos y la respuesta era obvia ¡Painkiller! tema para el cuál no existe descripción válida que puedan comprender quienes no lo vivieron. 

Aún no eran las doce de la noche, pero Judas Priest sabe que a todos nos gusta vivir después de la media noche, así que como es costumbre, los Metal Gods se despidieron de la ciudad de México con Living After Midnight, dejando a cada alma en el recinto con un excelente sabor de boca, una garganta destrozada, un cuello hecho pedazos, la melena alborotada, toda la energía del mundo y el trasero pateado (en el buen sentido) por una de las bandas más grandes e importantes de todos los tiempos, además de que al encender las luces sonaba Beginning Of The End. No quiero darle significado a cada segundo de este día, pero esperemos que esa canción sea un indicador de que es el principio de un final que dure mucho y que nos de tiempo de ver a Judas Fukin' Priest al menos una vez más en nuestro país.

¿Qué nos quedó a deber Judas? tal vez una producción más elaborada, como la de 2011, tal vez un clásico como Diamonds and Rust, pero en realidad es mucho más lo que hay que agradecer y guardar en la memoria de este concierto que lo que se les pueda reclamar a estos grandes del Heavy Metal.

Gracias Halford por seguir entregándote en el escenario como cuando tenias 20, gracias Faulkner por haber ocupado del modo más digno el lugar de K.K. Downing, Gracias Tipton y Hill por mantener viva la esencia de una banda como Judas Priest, Gracias Scott por llenar de poder cada tema con tu batería, gracias a todos con quienes compartimos algún momento en el concierto, y gracias a ti, por leer esta reseña, que como todas las que escribimos, son subjetivas por que están escritas por sujetos, de fans para fans.

¿Fuiste a alguno de los concierto de Judas Priest en México? ¡Platícanos como te fue!



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